Una nueva ola de violencia sacudió este miércoles a Paquistán, en una situación que se repite desde hace meses, sobre todo desde que comenzaron a ingresar a la nación tropas estadounidenses para combatir a fuerzas rebeldes, calificadas por la Casa Blanca como terroristas.

En el noroeste paquistaní, al menos cuatro niños murieron, y otras tres personas resultaron heridas luego del estallido de un artefacto explosivo en una aldea.

El hecho tuvo lugar en Jerma, un poblado del distrito de Kohat, próximo a las zonas tribales del país islámico.

Según la cadena DawnNews, los niños habrían encontrado una granada de mortero y la llevaron hasta un área de juego, donde el artefacto estalló.

El noroeste de Paquistán es el teatro de operaciones de varios grupos armados que luchan por imponer la interpretación radical de la ley islámica o sharia, y acusan al gobierno de haberse plegado a los intereses de Estados Unidos en la región.

En tanto, rebeldes paquistaníes incendiaron dos camiones cisternas que transportaban combustible para las tropas de la Organización del Tratado para el Atlántico Norte (OTAN) desplegadas en Afganistán.

El ataque se llevó a cabo en Dhadhar, una localidad de la suroccidental provincia de Balochistán.

A través de Paquistán se envían alrededor de la mitad de los pertrechos destinados a los 140 mil soldados con que la OTAN invade desde 2001 Afganistán.

Reportes de prensa indicaron que la alianza militar perdió alrededor de 200 camiones el año pasado dentro de territorio paquistaní, como resultado de ataques perpetrados por insurgentes armados, a los que se les vincula con el movimiento Talibán afgano y la red Al Qaeda.

En los primeros meses de 2011, más de medio centenar de vehículos con combustible y armamentos para las tropas extranjeras han sido atacados y destruidos en Paquistán.

(Con información de AVN)