Fina García Marruz, el Reina Sofía a sus pies

Por Anubis Galardy, Prensa Latina

Fina García MarruzLa escritora cubana Fina García Marruz se irguió, desde su modestia, como nueva soberana de una poesía cultivada con la delicadeza, sutileza y misterio de los grandes cultores de ese género en lengua castellana.

El Premio Reina Sofía de Poesía la sorprendió la víspera en una fecha especial para ella y el ámbito familiar que señorea: la de su 88 cumpleaños. Casi nueve décadas iluminadas por la lucidez de un talento forjado en su tránsito por lo cotidiano, por lo humano en todas sus dimensiones posibles.

Su poesía fluye como un encaje antiguo, bordada con exquisitez, tersa, pulida, con el oro puro del idioma refulgiendo en ella. Son multiples las raíces que la entrelazan, de Cervantes a Quevedo, pasando por Juan Ramón Jiménez, María Zambrano, Silvina Ocampo, el antiguo Testamento o el verbo ardiente de José Martí, legado en el que ahondó con profundidad, en puro estado de gracia.

A Martí , cuya vida y obra alientan en su cosmovisión -permeada por la religiosidad, el alto calibre espiritual, la memoria y una profunda cubanía-, le debe también la conciencia de lo latinoamericano.

Más alla de los dominios estilísticos y recursos formales, de las “formas abiertas o cerradas” en las que se mueve con la misma intución certera y depurada, su divisa estética, como ella misma lo ha expresado, es ir al “encuentro de üna dimensión desconocida de lo evidente”.

Desde los años 30 hasta hoy, su poética acumula nuevas calidades, se decanta, se condensa ajena a todo retoricismo, desgranada, según señala el investigador cubano Enrique Saíz de la Torriente, en su canto inagotable a la realidad, en la que están insertas “su evocación de Benny Moré, de Bola de Nieve, de Rita Montaner, de las entrañables de imágenes de las calles habaneras”.

Formas de un estilo de vida, añade, presente en el léxico e incluso en la sintaxis de esa poesía y en la manera de adjetivar, tan delicadamente cubana.

La lírica de alto vuelo, las rupturas formales conviviendo con la riqueza nacida de la cultura y las tradiciones populares, el imaginario y el acervo colectivo, sin falsas fronteras que las delimiten o las separen.

El Premio Reina Sofía de Poesía es visto por los cubanos como un acto de absoluta justicia poética, el honor a una escritora de riquísima y deslumbrante estirpe, voz femenina del grupo Orígenes (1944-1956), de excepcional tesitura.

Nacida en La Habana el 28 de abril de 1923 y graduada en Ciencias Sociales, vivió en perfecta comunión con otro poeta, ya fallecido, Cintio Vitier, de obra notable. Su poesía ha sido traducida a varios idiomas y hasta hoy la sigue acompañando con idéntica intensidad en la búsqueda permanente de una belleza terrenal, belleza de lo elemental, diáfana, poderosa.

Emocionada con un premio que recibe también como un homenaje al grupo de Orígenes, acoge con su sencillez habitual las congratulaciones de sus amigos cercanos, que la colman de abrazos desde el arte.

Al agradecerlo, en breves declaraciones a la prensa, le dedicó la flor de su recuerdo a otro poeta excepcional, el español Juan Ramón Jiménez, “quien llegó desde la tragedia, dijo, y nos trajo la dicha”. Lo conoció en La Habana en 1936 y dejó en ella, como en todos los origenistas, una estela perdurable.

El Reina Sofía se suma a otros reconcimientos destacables ofrendados en la isla, entre ellos el Premio Nacional de Literatura, la Orden Alejo Carpentier y el título de Profesora Emérita de la Universidad de La Habana.

Obra publicada

Poesía:

Poemas , 1942.

Transfiguración de Jesús en el Monte, 1947.

Las miradas perdidas, 1951.

Visitaciones, 1970.

Viaje a Nicaragua, con Cintio Vitier, 1987.

Poesías escogidas, 1984.

Créditos de Charlot, 1990 (Premio de la Crítica 1991).

Los Rembrandt de l’Hermitage, 1992.

Viejas melodías, Caracas, 1993.

Nociones elementales y algunas elegías, Caracas, 1994.

Habana del centro, 1997.

Antología poética, 1997.

Poesía escogida, con Cintio Vitier; Editorial Norma S.A.,

Bogotá, 1999.

Ensayo:

Estudios críticos, con Cintio Vitier, 1964.

Poesías de Juana Borrero, 1967, 1977.

Los versos de Martí, 1968.

Temas martianos, con Cintio Vitier, 1969.

Bécquer o la leve bruma, 1971.

Flor oculta de poesía cubana, con Cintio Vitier, 1978.

Hablar de la poesía, 1986 (Premio de la Crítica 1987).

Temas martianos, segunda serie, 1982.

La literatura en el Papel Periódico de la Habana, con Cintio

Vitier y Roberto Friol, 1991.

Temas martianos, (tercera serie), 1993.

La familia de Orígenes, 1997.

Otras ediciones críticas

Poesías y cartas, con Cintio Vitier, 1977.

Textos antimperialistas de José Martí, 1990.

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