“Dispara primero, pregunta después”, base de la ley de armas en Florida

Trayvon Martin. Foto: APLa muerte impune de un joven negro  desarmado, baleado por ser “sospechoso” cuando caminaba a casa de su padre en  Florida, es solo el caso más sonado que propició una permisiva ley sobre el uso  de armas, que establece que los homicidios en defensa propia son justificados.

La aparente impunidad del vigilante Geoge Zimmerman en la muerte del  adolescente Trayvon Martin deri los ciudadanos de Florida el derecho a disparar a cualquier persona percibida  como una amenaza a su seguridad en un lugar público.

Hace siete años, los propietarios de armas en Florida sólo estaban  autorizados a disparar contra personas a las que percibían como una amenaza si  éstas invadían sus hogares o propiedades, pero esa norma se amplió al ámbito  público.

Sus detractores sostienen que la ley habilita a los ciudadanos, en caso de  una simple discusión, “a disparar primero y preguntar después”.

La ley establece que “no se puede arrestar a nadie a menos que se determine  que hubo una causa probable de que el disparo fue ilegal”, afirmó la policía de  Sanford en su intento por justificiar la ausencia de detención y acusación  contra Zimmerman, quien disparó a Martin cuando caminaba encapuchado bajo la  lluvia hacia la casa donde se encontraba su padre.

Un sondeo realizado por el grupo de medios Tampa Bay Times de Florida,  divulgado el viernes, determinó que en los primeros cinco años de la entrada en  vigor de esta ley, se invocaron 93 veces “homicidios justificados”, pero en el  último año y medio se han sumado al menos 37 más.

Estas cifras muestran que se triplicaron las muertes por defensa propia  según los registros en el Departamento de Seguridad Pública de Florida.

Sus defensores sostienen que la ley está funcionando al permitir a los  ciudadanos protegerse de cualquier daño sin preocuparse por la legalidad  durante el ataque.

La interpretación de esta ley provocó que el pasado 26 de febrero Zimmerman  quedara libre, cuando al lado del cuerpo de Martin, un chico negro de 17 años,  justificó sus actos argumentando que estaba siendo atacado.

Pero la divulgación la semana pasada de las llamadas al teléfono de  emergencia 911, donde no se revela ataque alguno, ocasionó la ira de la  sociedad ante un caso confuso, donde se sospecha que imperó el prejuicio racial.

Cuando la policía llegó al lugar del incidente, Zimmerman tenía sangre en  la cara. Los oficiales no practicaron más indagaciones ni realizaron exámenes  de alcoholemia o drogas, como indicaría un procedimiento de rutina en un hecho  similar.

(Con información de AFP)

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