Muchas personas disfrutan hoy el primer descenso perceptible de las temperaturas en la actual etapa invernal, para exhibir bufandas y abrigos guardados desde el período más fresco del año último, mientras otros añoran el nivel de calor de los últimos días.

Llegó el momento de extraer del ropero vestuarios propios de zonas nórdicas en el que se incluyen altas botas o gruesos sobretodos para mostrar en las calles donde la frialdad del aire aconseja mantenerse bien resguardado.

Escasean, pero existen, individuos que se pasean en camisas de mangas cortas o camisetas en un alarde de control de los bajos grados de temperatura o féminas dispuestas a lucir sus nuevas blusas de tirantes.

Este frío viene escoltado por humeantes cafés y chocolates que acompañan las recurrentes conversaciones sobre la tardía llegada de las bajas del termómetro, del calentamiento global y del invierno cubano, que cada año se acorta.

Freddy Hernández, joven arquitecto de la ciudad de Santa Clara, se siente muy feliz con el tiempo gélido y dijo que este es el momento del año de su mayor disfrute y se duele de la poca duración.

Por otra parte los azucareros se alegrarían de que se mantengan por un tiempo prolongado las bajas temperaturas, para la maduración de la caña y así extraerle más dulce a la gramínea.

Según el Instituto de Meteorología de Cuba normalmente en enero las temperaturas descienden de forma apreciable respecto a noviembre y diciembre, principalmente en su segunda mitad, lo que permite caracterizarlo como el mes más frío del año en Cuba.

Agrega el texto que en esta etapa predominan las masas de aire frío continental y se alternan días gélidos, frescos y otros ligeramente cálidos.

(AIN)