Proyecto nuclear de Arabia Saudita enciende alarmas en Medio Oriente

Director general de la OIEA, Yukiya Amano preocupado por el proyecto nuclear de Arabia Saudita

Director general de la OIEA, Yukiya Amano preocupado por el proyecto nuclear de Arabia Saudita

Expertos de Medio Oriente manifiestan hoy preocupación con el proyecto nuclear de Arabia Saudita que aún se mantiene fuera de las salvaguardas estipuladas por la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA).

El director general de la OIEA, Yukiya Amano, reveló que pidió a Riad su compromiso para incorporarse a las regulaciones sobre la adquisición de material fisionable destinado a su primer reactor atómico.

Amano indicó que Arabia Saudita podría traer ese material para fin de año con vistas a una planta que construye con asesoría argentina.

Según el jefe de la OIEA, hay exhortos a los sauditas para poner en vigor un acuerdo, en virtud del cual el organismo garantiza el carácter pacífico del proyecto.

Arabia Saudita firmó en 2005 un protocolo de pequeñas cantidades que exime de inspecciones a los países con programas nucleares mínimos o ninguno.

‘Hemos propuesto a Riad rescindir y reemplazar ese pacto por el completo convenio de salvaguardias integrales’, dijo Amano, pero aún no hay una respuesta, agregó.

Arabia Saudita anunció planes de invertir unos 80 mil millones de dólares en la construcción de 16 centrales electronucleares en las próximas dos décadas.

El proyecto de Riad genera preocupación ante los riesgos de que derive en una carrera por el arma nuclear en Medio Oriente.

Imágenes de GoogleEarth mostraron las edificaciones del centro de investigación ubicado en el suroeste de la Ciudad Rey Abdulaziz para la Ciencia y la Tecnología en la capital saudita.

Son las primeras informaciones públicas del avance del proyecto aún no ha adherido al marco internacional de garantías para evitar la fabricación de armas.

El exdirector de la OIEA Robert Kelley aseguró que los proveedores no suministrarán combustible nuclear a los sauditas hasta tanto sean signatarios del acuerdo de no proliferación de ese tipo de armamento.

‘Significa que Arabia Saudita debe poner en orden sus salvaguardas’, indicó.

Si bien el reino no escondió sus ambiciones de adquirir una planta atómica, hay reportes que su proyecto podía derivar en la obtención de armas.

El príncipe heredero, Mohammed bin Salman, advirtió que desarrollarían bombas si su rival regional, Irán, lo hace.

Esas declaraciones plantearon una bandera roja dentro de la comunidad internacional, pues reanuda el tema de la carrera armamentística nuclear en una zona de altísimo riesgo.

Hasta ahora, Israel es el único poseedor de esa capacidad en Medio Oriente y que nunca accedió a permitir inspecciones en sus laboratorios o fábricas localizadas en el desierto de Negev.

Empero, las preocupaciones crecen en la región por si Arabia Saudita imita al régimen de Tel Aviv e impide control de sus instalaciones como si lo hace Irán que en 14 ocasiones se sometió a ese chequeo y los especialistas de la OIEA ratificaron el carácter pacífico del programa de la Revolución Islámica.

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