Estados Unidos y Canadá, contra el resto de América
Buena parte del mundo está cansada de tantas cumbres donde muchos presidentes se reúnen, hablan hasta por los codos y no aportan soluciones a los problemas de la humanidad. Esa dicotomía la graficó Rafael Correa, de Ecuador, al justificar su inasistencia a la VI Cumbre de las Américas: “los mandatarios andan de cumbre en cumbre, y los pueblos van de abismo en abismo”. Ese vicio generalizado se repitió en el encuentro del fin de semana de 34 países del continente realizado en Cartagena de Indias, Colombia. Hubo “retiros” de los mandatarios, o sea reuniones a puertas cerradas, sin acceso de la prensa. No hubo Declaración Final como se estila y no por problemas de redacción sino de desavenencias políticas. Los temas de Cuba y Malvinas dividieron aguas, pero también hubo otros tópicos que fragmentaron el mal llamado “consenso”.