Michelle Obama nos da las gracias por ser primera dama

Por: Iroel Sánchez, CubAhora

Nelson Mandela y Fidel Castro“Gracias a los que lucharon contra el ‘apartheid’ estoy aquí como Primera Dama” ha dicho Michelle Obama durante su visita a Sudáfrica. La visitante dio también algunos consejos sobre cómo defender sus derechos a 74 mujeres seleccionadas por la embajada de EE.UU. en ese país, poco antes de que su esposo anunciara desde Washington que negocia con el Talibán afgano, enemigo absoluto de la igualdad femenina.

Si la señora Obama conoce un poco de historia, algo para suponer porque se dice que es una persona culta e inteligente, entonces debe ser consciente de que el país que más apoyó la lucha contra el régimen racista sudafricano fue Cuba. Miles de combatientes cubanos enfrentaron durante años a las tropas del apartheid y no pocos ofrendaron sus vidas por esa causa. Particularmente, la decisiva batalla de Cuito Cuanavale fue un punto de giro que condujo a la independencia de Namibia y al desmoronamiento del gobierno sudafricano, a pesar del apoyo de todo tipo que le prestó Estados Unidos.

No es que lo diga yo, Nelson Mandela, alguien a quien Michelle Obama debe admirar, dijo durante su visita a Cuba en 1991:

“Hace mucho tiempo que queríamos visitar su país y expresarles nuestros sentimientos acerca de la Revolución Cubana, y el papel desempeñado por Cuba en África, en el África austral y en el mundo.

“El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África. Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo por los principios y el desinterés que la caracterizan.

“Hemos venido aquí con gran humildad. Hemos venido aquí con gran emoción. Hemos venido aquí conscientes de la gran deuda que hay con el pueblo de Cuba. ¿Qué otro país puede mostrar una historia de mayor desinterés que la que ha exhibido Cuba en sus relaciones con África?”.

(…)

“Yo me encontraba en prisión cuando por primera vez me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas internacionalistas cubanas le estaban dando al pueblo de Angola ‹en una escala tal que nos era difícil creerlo‹ cuando los angolanos se vieron atacados en forma combinada por las tropas sudafricanas, el FNLA financiado por la CIA, los mercenarios y las fuerzas de la UNITA y de Zaire en 1975.

“Nosotros en África estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nuestra soberanía. En la historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en defensa de uno de nosotros.

“Sabemos también que esta fue una acción popular en Cuba. Sabemos que aquellos que lucharon y murieron en Angola fueron solo una pequeña parte de los que se ofrecieron como voluntarios. Para el pueblo cubano, el internacionalismo no es simplemente una palabra, sino algo que hemos visto puesto en práctica en beneficio de grandes sectores de la humanidad.

“Sabemos que las fuerzas cubanas estaban dispuestas a retirarse poco después de repeler la invasión de 1975, pero las continuas agresiones de Pretoria hicieron que esto fuera imposible. La presencia de ustedes y el refuerzo enviado para la batalla de Cuito Cuanavale tienen una importancia verdaderamente histórica.

“¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África! ¡Esa contundente derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale dio la posibilidad a Angola de disfrutar de la paz y consolidar su propia soberanía! ¡La derrota del ejército racista le permitió al pueblo combatiente de Namibia alcanzar finalmente su independencia! ¡La decisiva derrota de las fuerzas agresoras del apartheid destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco! ¡La derrota del ejército del apartheid sirvió de inspiración al pueblo combatiente de Sudáfrica! ¡Cuito Cuanavale marca un viraje en la lucha por librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid!”

Por otra parte, los gobiernos del Congreso Nacional Africano en Sudáfrica, surgidos tras la derrota del apartheid e integrados por prestigiosos luchadores antirracistas, han mantenido siempre una actitud de condena al bloqueo que impone Estados Unidos contra Cuba, y el propio Mandela ha expresado su solidaridad con la causa de los cinco presos políticos cubanos encarcelados injustamente en Estados Unidos.

En su encuentro con las mujeres sudafricanas, la primera dama norteamericana dijo sobre la relación con su esposo: “Un buen hombre es feliz con una mujer fuerte. Lo conocí antes de que fuera presidente. Él me aceptó con todas mis cosas y yo a él”. Entonces, es de suponer que Michelle Obama le podrá solicitar a su marido -en nombre de su admiración por los luchadores contra el apartheid- un diálogo con el gobierno cubano que conduzca al fin del bloqueo y a la libertad de nuestros cinco héroes; nunca sería como negociar con el Talibán, violador de los derechos de las mujeres y al que se acusa de apoyar a Osama Bin Laden.

Cuba, el país que derrotó militarmente al régimen del apartheid, es reconocido por sus logros en la lucha por la igualdad de la mujer y ha sido víctima de la mayor cantidad de acciones terroristas sufridas por un país a lo largo de la historia, organizadas precisamente desde EE.UU.

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