Protestas estudiantiles extendidas por todo el país, en exigencia de un cambio estructural que reivindique el derecho a la educación, revelan un Chile desconocido por los grandes medios de prensa.

La Mesa Redonda de hoy, El mundo a mitad de semana, tuvo ese tema como eje central, por su impacto en la nación, llamada la vitrina del neoliberalismo, donde si bien trata de minimizarse la significación del reclamo juvenil, analistas políticos consideran que podría desatarse un paro nacional.

Destacó la periodista Bárbara Betancourt que la actual situación obedece a las grandes iniquidades existentes, pues si bien Chile reporta un crecimiento en términos macroeconómicos, el neoliberalismo perpetúa un círculo de marginalidad, porque no hay acceso a la educación.

Entre 50 mil y 60 mil personas marchan este jueves en La Alameda, Santiago de Chile (capital), para exigir al Gobierno del presidente chileno, Sebastián Piñera, una mejor educación y mayores recursos en este sector, que actualmente está signada por el lucro y la exclusión. La corresponsal de teleSUR en Chile, Beatriz Michell informó este jueves que “es impresionante la cantidad de gente que hay en este momento marchando por La Alameda (…) Se estiman que son entre 50 mil y 60 mil personas las que están marchando”.

Federaciones de estudiantes de la enseñanza secundaria en Chile protagonizan hoy un paro nacional en demanda de gratuidades y de mejores condiciones de las instituciones docentes. Así aseguró la líder juvenil Laura Ortiz, quien precisó que los estudiantes se movilizarán de diferentes modos, sobre todo con la toma pacífica de más de medio centenar de establecimientos educacionales, entre liceos e institutos. La radicalización de las protestas es vista aquí como el comienzo de una nueva “Revolución Pingüina”, en alusión al movimiento estudiantil del 2006 en Chile, con demandas muy similares entre sí: menos privatización, Tarjeta Nacional Estudiantil gratuita todo el año, y mejoras en los colegios.

Los jóvenes comunistas de Chile trabajan hoy en función de fortalecer el movimiento social, con la vista puesta en echar abajo la Constitución vigente en el país desde la dictadura militar y fomentar una nueva institucionalidad. Así resumió los desafíos de las Juventudes Comunistas (JJ.CC) la secretaria general de la organización, Karol Cariola, en entrevista con Prensa Latina en ocasión de los 80 años que este mes cumplió la agrupación.