Avances y amenazas a la paz en Colombia (+ Fotos y Video)

Los procesos de paz en Colombia y la situación política y social en Honduras fueron los temas centrales de la Mesa Redonda, de este lunes.

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

Tras dos años de negociaciones exploratorias, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno de Colombia abrieron el miércoles pasado el camino hacia la paz definitiva con la instalación de una mesa de diálogo y la designación de una hoja de ruta para negociar la paz de manera formal.

Esta nueva mesa de pláticas podría completar, junto a la que se adelanta con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en La Habana, la búsqueda del fin del conflicto armado del país sudamericano.

La buena nueva, al decir de la periodista Anisley Torres, estuvo precedida por la mala noticia de que la paz en Colombia no se concretaría antes del 23 de marzo de 2016, como desde La Habana habían informado el presidente Juan Manuel Santos y el jefe guerrillero Timochenko.

Previamente, acotó, no consiguieron el acuerdo de paz que pretendían anunciar porque subsisten diferencias importantes con las FARC sobre temas de fondo, según dio a conocer el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, en una declaración en La Habana.

Mientras, el jefe del equipo de paz de la guerrilla, Iván Márquez, también explicó que no ha sido posible cumplir con el plazo del 23 de marzo para firmar la paz porque las exigencias lógicas de una prolongada y compleja guerra así lo determinaron.

En la nueva etapa a la que se une la mesa de diálogo con el ELN, precisó Anisley Torres en la Mesa Redonda de este lunes, seis son los puntos que negociarán las partes y cinco los países donde se realizarán las conversaciones. A Ecuador, donde estará ubicada la mesa de diálogos, se sumarán Venezuela, Chile, Brasil y Cuba, naciones que, junto a Noruega, fungirán como garantes del proceso.

Entre lo previsto dialogar por las partes, afirmó, están la participación de la sociedad en la construcción de la paz; democracia y transformación para la paz; víctimas; fin del conflicto armado; implementación; desarrollo de la fase pública y pedagogía para la paz.

Recordó que el presidente Santos dijo que se ha acordado en La Habana unas medidas y una institucionalidad, tanto en materia de satisfacción de los derechos de las víctimas como del fin del conflicto, y es en ese marco que tendrán las discusiones con el ELN, no se va a acordar una nueva Comisión de la Verdad, ni un nuevo Tribunal para la Paz, ni nuevos procedimientos para el cese al fuego y de hostilidades definitivo, ni una nueva Misión Internacional de Verificación. Los procesos con las FARC y el ELN son distintos pero el fin del conflicto es solo uno.

El anuncio del inicio de una etapa pública de diálogo entre el ELN y el Gobierno colombiano se ha realizado en Caracas. Pero, Ecuador será finalmente la sede fija donde se desarrollarán las conversaciones. Venezuela, Chile, Brasil y Cuba se convertirán en ubicaciones itinerantes.

En opinión de Anisley Torres, estas son las claves de este nuevo proceso de paz que se inicia en Colombia, que se desarrollará con la mayor celeridad posible, según han declarado las delegaciones, y se intentará cumplir con un organigrama en el que la participación ciudadana, por petición del ELN.

La delegación del Gobierno la encabeza Frank Pearl, economista, ex Alto Comisionado para la Paz, exministro del presidente Juan Manuel Santos y negociador plenipotenciario en los diálogos con las FARC. Delante tendrá a Antonio García, comandante del ELN y miembro de la guerrilla desde los años setenta.

Cada equipo estará integrado por hasta al menos 30 representantes. En las sesiones solo podrán participar 10 personas, cinco principales y cinco suplentes, y contarán con la ayuda de los asesores que consideren necesarios.

Para Anisley Torres, Juan Manuel Santos sabe que lo catapulta a la historia el hecho de sellar un proceso como este, que será muy difícil dar marcha atrás, a pesar de que tenga fuertes detractores como el expresidente Álvaro Uribe.

La exsenadora Piedad Córdoba, por su parte, añadió que hay un sector muy amplio de la población que tiene la esperanza que se acabe el paramilitarismo. Y que lo que más desean los colombianos es que haya una paz con justicia social.

“Hemos insistido en que el paramilitarismo sigue muy fuerte. Yo diría que en estos momentos tiene un auge inusitado, como ocurrió en la etapa de los 80 y los 90.  Y este es un fenómeno que paraliza y obstaculiza el proceso de paz”, subrayó.

Reconoció que ciertos sectores del empresariado, como de las empresas militares y de la policía, se oponen al curso del proceso de paz. En los últimos días, el llamado “paro armado” convocado en varios departamentos de Colombia por el Clan Úsuga, la mayor banda criminal del país, ha sembrado el miedo y ha revivido la sombra del paramilitarismo.

El paramilitarismo parece un fantasma que recorre a Colombia, y no solo por lo revivido con el paro armado de los últimos días. Desde inicios de 2016 se han sucedido los asesinatos a líderes sociales vinculados a organizaciones o formaciones políticas de izquierda. La ONG Somos Defensores tiene registrados 15 asesinatos y más de 50 hostigamientos en lo que va del año, mientras que la Unión Patriótica (UP) denuncia al menos 30 homicidios por razones políticas en los tres primeros meses del 2016. La UP, partido político de izquierdas, vio cómo durante finales de los ochenta y principios de los noventa los paramilitares asesinaron a más de 3.000 militantes.

Una de las exigencias de las FARC en el proceso de paz que se desarrolla en La Habana desde hace más de tres años es el reconocimiento del fenómeno del paramilitarismo por parte del Gobierno. El fantasma del exterminio de la Unión Patriótica está muy presente en la recta final de las negociaciones para los guerrilleros. Atado el acuerdo de justicia, que les garantizará no ir a la cárcel, una de sus mayores preocupaciones es la seguridad durante el posconflicto frente a lo que consideran grupos criminales vinculados a la derecha.

La propia excongresista fue víctima de un intento de atentado, hecho acontecido en el departamento de Chocó, que se inscribe en la ofensiva paramilitar que busca detener el proceso de paz. Afortunadamente, la fundadora de Colombianos y Colombianas por la paz logró refugiarse en una estación policial cercana, añadió la emisora nacional.

La exparlamentaria aseguró que se trata de una ofensiva para aniquilar a simpatizantes de los esfuerzos de paz.

La buena nueva, al decir de la periodista Anisley Torres, estuvo precedida por la mala noticia de que la paz en Colombia no se concretaría antes del 23 de marzo de 2016, como desde La Habana habían informado el presidente Juan Manuel Santos y el jefe guerrillero Timochenko.

El periodista Reinaldo Taladrid en su habitual sección La Esquina

La exsenadora Piedad Córdoba, por su parte, añadió que hay un sector muy amplio de la población que tiene la esperanza que se acabe el paramilitarismo. Y que lo que más desean los colombianos es que haya una paz con justicia social.

El paramilitarismo parece un fantasma que recorre a Colombia, y no solo por lo revivido con el paro armado de los últimos días.

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