Los aportes de Fidel a las ciencias agrícolas cubanas (+ Video)

En conmemoración al 91 aniversario del natalicio de Fidel Castro, en el espacio televisivo Mesa Redonda de este lunes 14 de agosto, se profundizó en la impronta del líder en el desarrollo de las ciencias agrícolas cubanas.

Quizás porque el verdor, la caña y los naranjales de Birán fueron su entorno natural desde la cuna, probablemente porque comprendió mejor que nadie el dolor del campesinado cubano en la república neocolonial y el cacicazgo de las transnacionales estadounidenses en las tierras más fértiles de Cuba, a lo mejor porque la Sierra fue el escenario seguro de su lucha y el campesino empobrecido su mejor aliado, seguramente porque sabía lo que significaba la agricultura para un país como el nuestro, la obra revolucionaria de Fidel Castro está entrañablemente vinculada al desarrollo del campo cubano y de la agricultura.

En conmemoración al 91 aniversario del natalicio de Fidel Castro, en el espacio televisivo Mesa Redonda de este lunes 14 de agosto, se profundizó en la impronta del líder en el desarrollo de las ciencias agrícolas cubanas.

Fundada en 1962, la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey” de la Universidad de Matanzas, sintió la impronta del Fidel desde su creación. Su director, el doctor Giraldo Jesús Martín, acompañó a Fidel en su empeño por desarrollar el pasto y el forraje para la ganadería cubana.

Recordó que la Estación fue creada tempranamente, el 8 de marzo de 1962, con el objetivo de crear mayor cantidad de alimento y con mayor calidad, así surge el programa de producción de leche. Hoy en día cada niño cubano tiene su litro de leche.

Comentó que Fidel comenzó a hacer sus propios ensayos y experimentos en parcelas cercanas a La Habana. En su preocupación por la ganadería, le pide al ingeniero Rolando Fernández, que creara “Indio Hatuey” para estudiar toda la problemática relacionada con la alimentación del ganado para alimentarlo con recursos de pasto y forraje propios.

También se introducen nuevas razas de animales, algunas provenientes de Canadá, para comenzar las mejoras genéticas. Además, se trabajó en la búsqueda de variedades que se adaptaran mejor a las condiciones climáticas y que fueran mucho más productivas en las condiciones naturales de Cuba.

Comentó que Fidel comenzó a hacer sus propios ensayos y experimentos en parcelas cercanas a La Habana.

En la década de los cincuenta se realizaron trabajos con la hierba Pangola. Se habían hecho varias distribuciones en la Estación de Santiago de las Vegas, en el Jardín Botánico de Cienfuegos se habían introducido algunas plantas de importancia para la alimentación animal. Fidel comenzó a interesarse por buscar alternativas de alimentación en la flora nacional cubana y hacer estudios sobre qué plantas se podrían introducir en el país. Se logran introducir alrededor de 6 mil tipos de plantas y se seleccionan más de 40 variedades, que hoy forman parte de las variedades comerciales.

El doctor cuenta que un científico francés que visita Cuba y conoce todo lo Fidel estaba haciendo quedó impactado ante los experimentos de Fidel y al respecto le dijo: “usted mismo me explicó los más mínimos detalles respecto a estos experimentos, así como los aumentos considerables en el rendimiento obtenido. Usted conocía el tiempo de reposo y el tiempo de estancia. Ningún detalle de la conducta de la rotación, tan delicado, parecía habérsele escapado. Tuve la impresión de observar una revolución, la que le permitía a un jefe de gobierno conocer perfectamente, dirigir personalmente hasta el último detalle de un experimento científico y agronómico. Tales acciones revolucionarias seducen al espíritu”.

En el año 1963 en una plenaria nacional de ganadería Fidel dijo: “el día que hayamos resuelto el problema del pienso y no tengamos que importarlo, y a base de pastos y de cosas que sembremos en las granjas podamos alimentar el ganado, nos habremos quitado un gran problema, habremos dado un gran paso de avance y tendremos posibilidades ilimitadas de desarrollo”.

Ya desde aquel momento Fidel estaba convencido del aporte de los pastos. Sobre la institución explicó que tuvo una primera etapa de creación, después una de crecimiento y consolidación donde se obtuvieron todas las variedades de pasto y forraje y diferentes alternativas de alimentación del ganado. Fidel siempre decía que había que buscar formas de alimentar el ganado que no compitan con la alimentación humana.

Fidel estaba convencido de que Cuba necesitaba alimentar el ganado con recursos forrajeros propios y con tecnologías que dependieran lo menos posible de alimentos importados. Por eso aparece el uso de la Moringa y la Morera como alternativa a la Soya, porque son plantas que también se pueden conservar en forma de harina, de forraje, en ensilajes, en forma de heno, lo que ayuda a que el ganado siempre tenga alimento de alta calidad.

Giraldo Jesús Martín destacó que gracias a los aportes de Fidel hoy se pueden tener en Cuba una agricultura más propia, más sostenible, con sistemas agroenergéticos y agroecológicos que son capaces de utilizar con más eficiencia los recursos del entorno.

Acercar la ciencia a la producción

El Instituto de Investigaciones Hortícolas “Liliana Dimitrova” nació con la impronta de Fidel también y tuvo en él a un permanente velador y alentador de la obra científica que allí se realiza. La master en ciencias Alicia de la Caridad Fernández Miranda, directora general del centro, expresó que el Comandante estuvo desde la génesis de la institución en 1971 en una finca para el desarrollo de cultivos varios donde se potencia el desarrollo de las hortalizas. En 1985 fue cuando adquirió el nombre que hoy tiene.

La finca inicial estaba en Güira de Melena. La iniciativa surgió en una reunión intergubernamental entre Cuba y Bulgaria para la comercialización y la cooperación económica y científico-técnica. Se escoge ese país por ser similar al nuestro. Desde sus inicios se aplicaron maquinarias e implementos tecnológicos para el desarrollo de las hortalizas en Cuba. se validaron un grupo de materiales que hoy forman parte aún de la estructura varietal del país.

Fidel avizoró que para la salud humana de los cubanos había que potenciar el consumo de vegetales y de frutas. Por eso era importante el desarrollo de una estructura que lo apoyara.

Entre los primeros programas destacó el desarrollado en la Empresa Agropecuaria 19 de abril en Quivicán, en el cual se fomentó el huerto intensivo de hortalizas. Por la magnitud de ese proyecto se acercó la estación inicial al municipio de Quivicán. Para buscar y lograr el vínculo investigación-producción, porque los resultados investigativos tienen que estar vinculados a la práctica productiva.

De Fidel comentó que se interesaba fundamentalmente por el caso del tomate, el desarrollo de las habichuelas, indicó cómo desarrollar las calabazas, el rábano, el quimbombó. Pero no solo se interesaba por las investigaciones, también por el personal científico. Planteó la necesidad de que los científicos pudieran permanecer cerca de su propio estudio para poder tener mayor rendimiento investigativo.

En 1991 Fidel dejó como mensaje para los científicos del centro: “yo hago campaña por la Liliana, hablo todos los días sobre ella”. Un mensaje que comprometió a sus trabajadores y los retó a generar materiales para la alimentación humana.

A 46 años de creada, se cuenta con más de 16 variedades de tomate para consumo fresco, industrial, para sistemas de cultivo protegido y a campo abierto. Cuentan con variedades de pimiento, berenjena, quimbombó, habichuela, también para los diferentes sistemas de producción de los huertos intensivos, de la agricultura urbana y suburbana.

Se trabajó por la adaptación a las condiciones climáticas en el sistema de cultivo protegido, y como reto se desarrollaron híbridos para esos sistemas de cultivos que hoy son materiales importados. Hoy se cuentan con híbridos de tomate, pimiento y melón para los sistemas de cultivo protegido. El 75 % del área de cultivo de hortaliza utiliza materiales del programa de mejoramiento genético de la institución.

También se trabajó en la papa, y se han incorporado otro grupo de especies como es el caso de las flores y las plantas de condimento. El gran reto de la actualidad es contribuir al desarrollo de una cultura más dinámica con el menor uso de los recursos, con una técnica más amigable con el medio ambiente y que pueda estar más preparada para enfrentar y mitigar los efectos del cambio climático.

El necesario control biológico de los cultivos

Otro ejemplo de lo que significa la relación de Fidel con la ciencia es el Instituto de Sanidad Vegetal. Su directora general, la doctora Marlene Veitía Rubio, explicó que el instituto surge como soporte científico y metodológico del sistema estatal de sanidad vegetal de Cuba.

A partir de investigaciones realizadas relacionadas con el control biológico y un encuentro entre investigadoras en la Estación de Güira de Melena, el Comandante efectúa una visita a una unidad de lucha biológica y conoce la importancia de los resultados del control biológico de las plagas en los cultivos del país.

La licenciada Esperanza Rijo y la ingeniera Teresa Vázquez le dan detalles a Fidel de las investigaciones que se estaban realizando y de las actividades de introducción de los resultados. Después Fidel visita la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal conversa e indaga sobre el costo del desarrollo de ese programa y le da un fuerte impulso al programa de desarrollo de lucha biológica en Cuba.

Se llegaron a construir 210 centros de producción de entomófagos y entomopatógenos en todos el país y tres plantas de producción de bio-plaguicidas. Los centros de producción tenían tecnología artesanal y las plantas eran de mayor volumen y con tecnologías más sofisticadas.

Se realizó una fuerte labor de extensionismo para lograr que los productores asimilaran el uso de esos productos biológicos y de esa forma se lograron obtener producciones a pesar de ser un país bloqueado y de estar en medio de un fuerte periodo especial. Era una solución ante la crisis del país, pero mucho más saludable para el medio ambiente. Eran productos nacionales que lograban proteger el grueso de los cultivos del país.

Fidel apoyó la construcción de una planta piloto para el desarrollo de las investigaciones, así como el escalado de las producciones y a partir de ahí existieron nuevos resultados científicos que se presentaron y se introdujeron en la red de centros de reproducción de entomófagos.

Después de la introducción del Trip Palmi, una agresión biológica que introdujo una plaga que no existía en Cuba, hubo que hacer modificaciones en el manejo de plagas que existía en aquella época y un grupo de cultivos importantes que eran prioritarios para la alimentación del pueblo. Se logró el control biológico de la plaga.

Un vínculo ilimitado

El doctor Sergio Rodríguez Morales, director del Instituto Nacional de Viandas Tropicales, expresó que el vínculo de Fidel con el Instituto es todavía ilimitado. Reconoció además que la ciencia diseñada por Fidel transciende toda la sed imaginaria de los investigadores cubanos, porque no solo se hace ciencia en los centros del Ministerio de la Agricultura, también en otros organismos del estado. Se hace ciencia para la agricultura en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, en el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, en la Universidad Central de Las Villas, en la Facultad de Química de la Universidad de La Habana, y en muchos otros.

El vínculo de Fidel con el Instituto transciende el espacio institucional. El doctor resaltó que Fidel potenció los cultivos tropicales cubanos, como una previsión al cambio climático. Nuestros cultivos se adaptan a las diferentes condiciones del cambio climático. Recordó una frase de Fidel: “lo malo se espera, lo bueno te sorprende”.

El diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado de Cuba recordó que lo que Fidel significa para los científicos cubanos está en el escenario productivo. Pero Fidel no solo escuchaba a las eminencias científicas, también con las eminencias productivas, por su alto vínculo con los campesinos. Lo que le enseñó a los científicos que la retroalimentación de la ciencia institucional transita por el vínculo con el escenario productivo.

Hoy no solo se habla de plan, se habla de balance de insumos para garantizar la producción, porque si falta alguno de ellos se puede mitigar la falta de un insumo cuando se hace una aplicación más eficiente de la ciencia y la técnica. La integración que logró Fidel al diseñar una agricultura sostenible no tiene límites. Cada vez que se analiza el pensamiento de Fidel con la ciencia nos damos cuenta de cuánto falta por hacer.

Mencionó que Fidel creo un sistema para la agricultura que trasciende toda frontera. Por eso podemos afirmar hoy que la ciencia creada por Fidel llegó para quedarse. Se puede perfeccionar y hay que hacerlo porque cada día todo cambia, y si todo cambia la única opción es aplicar ciencia y técnica para mitigar ese cambio integral que se presenta en la vida cotidiana. El compromiso con Fidel es de no descansar y ser insatisfechos. Hay que cumplir con las demandas del pueblo y por eso no se puede dormir tranquilo.

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