Del periodismo cubano, una Maga y un “Loquillo” (+ Video)

Por Aniel Santiesteban García

Fotos de Roberto Garaicoa

Emisión: 13/07/2018

Magali García Moré y Antonio Gómez (El loquillo) representan lo más comprometido del periodismo cubano y honran la profesión con su sensibilidad, consagración y magisterio. Cuando de hacer periodismo la Maga, maestra y periodista siempre, y el “loquillo”, atrevido y entregado siempre a su profesión, no escatiman esfuerzos.

Siempre maestra y periodista

Magali García Moré, destacada periodista cubana.

Magali García Moré, destacada periodista cubana.

La Maga (Magali García Moré) honra nuestra profesión con su profunda sensibilidad y consagración, así como con el eterno oficio del magisterio. El ejercicio lo trae Magali desde muy joven, cuando después de combatir clandestinamente en los últimos años del período neocolonial cubano, se convirtió en maestra normalista y voluntaria.

“Soy tanto una como la otra, aunque empecé como maestra. Pero hay de tanto de maestra en el periodismo como de periodista en el magisterio que no podría distinguir una por sobre la otra. Son dos trabajos que están fundamentados en la comunicación, razón por la cual, en algún momento decidí ir hasta el periodismo”.

¿Maestra normalista y voluntaria?: “Estudié magisterio en la Escuela Normal para Maestros de La Habana antes del triunfo de la Revolución, y eso contribuyó que al triunfo me entregara al oficio”.

“Fidel, en el año 59’ llamó a quienes no teníamos aula a trabajar en las zonas montañosas de Cuba. Me fui hasta el Cruce de los Baños (Tercer Frente Oriental, Santiago de Cuba). Luego de cumplir con mi función, incluso como alfabetizadora, me decido al llamado para la formación de periodistas a integrarme al grupo de jóvenes. Nunca me cansé de ser maestra, solo que la vida va preparando el camino futuro y encontré la posibilidad de iniciar un nuevo periodo profesionalmente”.

Magali García Moré fue la primera mujer al frente de un periódico en Cuba (Trabajadores).

Magali García Moré fue la primera mujer al frente de un periódico en Cuba (Trabajadores).

En 1966, por un llamado de la Unión de Jóvenes Comunistas, Magali integra un grupo de jóvenes que se formarían como reporteros y posteriormente integrarían el equipo de reporteros del diario Granma, hecho que le hace cambiar de profesión e iniciar el camino del periodismo.

“Como periodista de este medio de prensa fui hasta Vietnam para realizar una serie de trabajos titulados ‘Tras las huellas de Fidel’, a propósito de la visita del Comandante en Jefe a la zona liberada del país al encuentro con los cubanos”.

La Maga, como cariñosamente le llaman quienes le conocen, fueron sus alumnos o compañeros de trabajo, fue dirigente sindical y perteneció a la Junta nacional de la Central de Trabajadores de Cuba.

“La creación del Ministerio de Cultura trajo consigo el nacimiento de un sindicato que agrupara a los trabajadores del propio ministerio. Armando Hart, entonces ministro, y otros compañeros decidieron que fuera la periodista que representara en el Ministerio de Cultura al sector y así es como llego a la CTC”.

“Estas funciones me formaron para luego enfrentar otra gran tarea: asumir la dirección del semanario Trabajadores, órgano de la propia Central de Trabajadores de Cuba”.

En labores de dirección, Magali García Moré fue la primera mujer al frente de un periódico en Cuba (Trabajadores), así como la primera directora de la Revista Bohemia en su historia y de espacios informativos de la Televisión Cubana.

Decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana durante dos cursos, Magali abrió el camino para el ejercicio académico de periodistas, empeño que rememoran hoy quienes en aquellos años la tuvieron como su maestra en el ejercicio del periodismo y la vida.

“Dos cortos años, pero de muchos cambios. Era una necesidad traer periodistas a impartir clases, fortalecimiento necesario con excelentes periodistas, profesionales, y con muchos deseos de enseñar. Fueron tiempos difíciles, pero nunca cerramos el intercambio con los estudiantes, al contrario, fluyó la comunicación al establecer alianzas”.

“Volver a la Facultad fue como regresar al magisterio, aunque siempre quise regresar al periodismo. Al terminar en la Universidad mis funciones como decana regresé al ejercicio del periodismo nada más y nada menos que en radio y televisión, algo que nunca imaginé hacer”.

En 2017, Magali García Moré recibió por la obra de toda una vida, el Premio Nacional de Periodismo “José Martí” en reconocimiento a sus funciones como formadora de generaciones de periodistas, su ejercicio en múltiples medios informativos del país y la dirección certera en muchos de ellos.

Sobre Fidel y su relación con los periodistas, sobre todo, con las mujeres dijo Magali: “Siempre muy atento, se interesaba por lo que se había dicho, qué pensaba; me costaba mucho trabajo, la verdad, a Fidel había que irle con la verdad, pero se podía confiar en él”.

Ya jubilada, Magali asegura que no se retira del periodismo y tampoco del magisterio. “Mientras el cerebro está en pleno ejercicio de sus funciones estaré haciendo periodismo. Me siento muy comprometida aún porque siempre he pensado que el periodismo es la Revolución”.

Dicen de un tal “Loquillo”

Antonio Gómez, “El Loquillo”. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Antonio Gómez, “El Loquillo”. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

Cuando de hacer periodismo se trata, Antonio Gómez Delgado no calcula los riesgos. Tal vez por esa cualidad y entrega absoluta a su oficio, sus compañeros más cercanos, colegas y amigos le nombraron el “loquillo”.

Empezó vendiendo periódicos para ayudar al sustento económico de su familia desde muy joven, sus padres fueron siempre muy cercanos, su mamá ama de casa y su papá chofer de rastras, ambos incondicionales a sus hijos y a la familia que formaron. Antonio Gómez asegura que al triunfo de la Revolución descubrió “su propia vida y verdadera vocación al entrar al ICR como auxiliar y aprendiz de todo”.

“En el año 62’ entro a la televisión, exactamente al Canal 4 como mensajero, y desde que entré me fascinó. Recuerdo que iba de un programa a otro desde el inicio y hasta el fin de las transmisiones de la planta”.

“Allí hacía luces, sonido, lo que fuera necesario, iba de un lugar a otro, de aquí para allá, regresaba y me iba, y los compañeros por esa actitud me nombraron como el ‘loquillo’, sobre todo por mi forma de ser y entrega, no había nada que dejara de hacer en la televisión si existía la posibilidad”.

En su encuentro con el equipo de la Mesa Redonda, recordó su primer encuentro con Fidel, a la entrada de la Caravana de la Libertad, el 8 de enero de 1959 a La Habana.

“Antes del triunfo revolucionario vivíamos condiciones difíciles. Apenas tenía 15 años cuando vi a Fidel por primera vez, fue mi mamá quien me dijo: Fidel es el hombre que nos va salvar, ella fue la que formó mi amor por él”.

Formado como camarógrafo, fue formado como camarógrafo por los mejores directores del medio, lo que influyó en que más tarde se convirtiera en maestro de las nuevas generaciones y una leyenda entre los camarógrafos del Sistema Informativo de la Televisión Cubana.

En sus memorias, Antonio Gómez guarda momentos inolvidables como aquella expedición por el Amazonas donde filmaba desde la mañana hasta entrada la noche, sin parar; fue una aventura inolvidable acompañada por excelentes profesionales.

“Tuve la suerte de acompañar en muchos viajes a Fidel y Raúl, al naturalista Antonio Núñez Jiménez, pero sobre todo, es inolvidable la oportunidad de acompañar a muchos médicos y maestros cubanos en el cumplimiento de sus labores fuera de Cuba”.

En momentos claves para la historia de este país y este continente estuvo el Loquillo, afirma que a ratos siente deseos de volver a ver a Fidel, acompañar a Hugo Chávez, compartir con ellos aquellas tantas horas sin cansarse, y querer oírlos más.

El Loquillo, por sus genuinas cualidades profesionales y humanas, mereció el Premio Nacional de Televisión y el de Periodismo “José Martí” por la Obra de la Vida entre otros muchos reconocimientos; pero sobre todo recibe el reconocimiento de quienes tiene la suerte de trabajar a su lado, a cambio de su entrega y especial cariño cada día.

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