El Granma salió, llegó y entró: Fidel hizo la guerra y la ganó
El desembarco. Ese momento exacto en que se agota una ruta, un medio de transporte, y cambia bajo los pies el agua por la tierra –lento, muy poco a poco, de una forma pesada, como una prueba de fe, de resistencia–, fue de todo el recomienzo de la gesta por la libertad de Cuba, la más grande premonición.