El Papa Francisco conquistó el corazón de los cubanos (+ Fotos y video)

Sobre la repercusión nacional e internacional que tuvo su visita a la mayor del Caribe, desde el pasado 19 hasta el 22 de septiembre, dialogaron varios panelistas este martes en la Mesa Redonda.

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos: Roberto Garaicoa

Fueron jornadas tan intensas como entrañables. Desde que el Sumo Pontífice llegó a suelo cubano, su presencia llegó cargada de símbolos y de hermosos mensajes que el pueblo percibió con respeto, afecto y civismo.

Sobre la repercusión nacional e internacional que tuvo su visita a la mayor del Caribe, desde el pasado 19 hasta el 22 de septiembre, dialogaron varios panelistas este martes en la Mesa Redonda.

La periodista Magda Resik se detuvo en el gesto especial que tuvo el obispo de Roma con el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cuando minutos antes de ascender al avión que lo trasladaría hacia Estados Unidos tomó las manos de Raúl y las puso en el lado izquierdo de su pecho. “Ese es un símbolo que quiero resaltar para hablar de la significación de su despedida. Y si en un principio calificábamos de buenas las relaciones del Estado con la Iglesia Católica, ahora podemos decir que estas relaciones están en un nivel mucho más alto”.

En su criterio, son relaciones de una limpieza y una cordialidad evidentes, que tuvo su sello también en las consideraciones de respeto que le trasladó Francisco a Fidel desde su llegada.

El encuentro con los jóvenes igualmente marcó un punto relevante porque “los aconsejó y les habló como alguien que mira al mundo con mucha preocupación. También les explicó las necesidades de los jóvenes, incluso, en el mundo más desarrollado. Al tiempo que les propuso un camino para la esperanza desde el compromiso con la Patria”.

En su intervención, hizo énfasis en la preocupación que el Papa mostró por la familia, como núcleo social de continuidad de la sociedad. “Además, se mostró preocupado por la necesidad de la amistad social, un término que acuñó para exponernos su filosofía sobre la solidaridad como principio”.

Argumentó Magda Resik que en este peregrinar, Su Santidad asumió su papel de misionero, y quiso transmitirles a los obispos cubanos su misión de abrirles la puerta de la iglesia a todos y a apostar por los más preteridos.

“Quizá por su formación jesuita, por su sensibilidad, su sentido del humor y su latinoamericanismo, uno asume con más aprehensión su preocupación honda por el futuro de la humanidad, por la supervivencia del futuro. Es, asimismo, un amante de la paz”.

Abundó en que fue emocionante y conmovedor ver que en cada sitio por donde pasaba estaban las muestras de cariño y de simpatías que él supo corresponder. “Se veía una convocatoria total de respeto, de instrucción. El pueblo ofreció el respeto por el respeto que nos supo transmitir de una forma llana”.

Le habló a los cubanos, comentó Resik, consciente de que ha vivido esos procesos, y lo hace desde la vivencia, no desde el púlpito alejado del ser humano. “Para él es importante el abrazo, la infancia, y los enfermos, quienes fueron objeto de su bendición”.

También consideró que conquistó el corazón de los cubanos por tocarlos en el camino del amor y proponerles la Revolución de la ternura, “un término que nosotros gustosos acuñamos”.

El Papa, dijo, con su bendición también nos dejó encomiendas: como su filosofía de compromiso con el ser humano, que va más allá de la profesión de fe, y por otra parte, nos ha mostrado que la fe cristiana no está enfrentada a la preocupación de los problemas que comparten los revolucionarios.

Cuando lo escuchaba, aseveró, pensó en Félix Varela, en José Martí, en Carlos Manuel de Céspedes, quienes nos enseñaron que la patria es una construcción de todos.

Marcada por la misma estela de simpatías que dejó el Papa Francisco, la periodista Arleen Rodríguez aseguró que uno lo siente cercano, no solo por su prédica, sino por su forma de obrar. “Además, en su discurso uno reconoce las defensas nuestras”.

La también coordinadora general y moderadora de la Mesa Redonda resaltó la benevolencia del tiempo, como si pareciera que todo conspirara para estos días especiales que sobrecogieron a todos.

“Pasaron un poco más tres días y uno siente que pasó una eternidad, y no por el peso, sino porque te quedas con la sensación de que falta algo. Además, nos deja todos sus discursos, que quedaron reflejados profundamente en la prensa cubana”.

Por su parte, el periodista Oliver Zamora se detuvo en cómo esta cobertura marca a Cuba de cara al mundo. “A pesar de ser una visita apostólica y de carácter esencialmente religioso, uno no puede dejar de analizarla desde el punto de vista político. Hay que tomar en cuenta que cada palabra del Papa tiene una proyección extraordinaria. Sabemos que América Latina concentra a una buena parte de los católicos del mundo y muchos decían que le íbamos a dar la bienvenida, no solo porque somos buenos anfitriones, sino porque trae un mensaje de paz. Algo que es muy importante para una región como esta, que se ha declarado en su Segunda Cumbre de la Celac, celebrada justamente en La Habana, como una Zona de Paz.

“También el propio Papa le dio su importancia a los diálogos de paz en Colombia, y a la construcción de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. En las diferentes conferencias de prensa, igualmente dijo que el Vaticano siempre se había opuesto al bloqueo”.

Hizo alusión Oliver Zamora a que más de mil periodistas se acreditaron para esta cobertura, y que no todos querían captar el espíritu y la trascendencia de esta visita. Pero a pesar de todo eso quedó en evidencia y fue imposible ocultar la coincidencia extraordinaria en cuanto a principios entre el Papa y la Revolución cubana.

“Hubo cosas que no quedaron en palabras, sino en gestos. Y no solo hubo simbolismo con el temblor de tierra o cuando llovió en El Cobre, en un país en el que hay un sincretismo religioso extraordinario se le dio un recibimiento amplio y cargado de civismo. Por ello se sintió en casa y eso se le vio en el rostro”.

El periodista también incluyó en su análisis el hecho de que el Presidente lo recibiera con muestras de afecto. “Recuerdo la visita de cortesía, parecían cómplices, por ello fue tan elocuente cuando se puso la mano de Raúl en el corazón. Igualmente le hizo una visita a Fidel en su casa, donde se le vio muy a gusto y risueño”.

Oliver Zamora resaltó en sus palabras que habrá que seguirlo en su visita a Estados Unidos. “Tendrá una intervención frente al Congreso, en la que creo que va a demostrarnos qué amigo tenemos en la Santa Sede”.

Amplia repercusión tuvo la visita del Papa en los medios internacionales.

La periodista Magda Resik se detuvo en el gesto especial que tuvo el obispo de Roma con el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, cuando minutos antes de ascender al avión que lo trasladaría hacia Estados Unidos tomó las manos de Raúl y las puso en el lado izquierdo de su pecho.

La periodista Arleen Rodríguez aseguró que uno lo siente cercano, no solo por su prédica, sino por su forma de obrar.

Oliver Zamora se detuvo en cómo esta cobertura marca a Cuba de cara al mundo.

1 Comentario »

  • roberto dijo:

    Todo sobre la visita del papa se ha dicho y se ha dicho muy bien. No obstante solo es mi intención resaltar como desatinado el comentario de Arlen en relación con su discrepancia con uno de los criterios ofrecidos por el papa: No se sirve a las ideas, se sirve a las personas. La Ca. Arlen enfatizó que ella siempre había entendido que se servia a las ideas y no a las personas. Más que el concepto se haya expresado por el papa, una persona con la capacidad en todos los sentidos que se conoce ostenta el santisimo padre, realmente poner por delante una idea por el ser humano es un error garrafal.
    Precisamente a nombre de ideas, menospreciando las personas, se han cometido enormes crimenes, que van desde las cruzadas, pasan por la bomba atomica a Japón, como todas las guerras actuales. Obviamente, si se hubiera pensando en los seres humanos, no se hubiesen producido estos enormes crimenes. Las batallas de la Revoluciòn cubana, se desarrollaron teniendo en cuenta las personas, para destronar de por siempre, el analfabetismo, la miseria, el maltrato a los niños, etc. La revoluciòn cubana no fue ideological fue por el bienestar del pueblo.

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