Por una mayor y mejor creación cinematográfica y audiovisual

Por: Deny Extremera San Martín y Thalía Sánchez Puebla

Fotos: Roberto Garaicoa

Emisión: 04/09/2019

Las nuevas regulaciones de la política para el desarrollo de la creación audiovisual y cinematográfica nacional, que entran en vigor el 24 de septiembre; los cambios que traen en el trabajo de los creadores y en su relación con la institución, así como en cuestiones como la capacidad legal, las formas y facilidades de producción, y las aristas económicas de esta industria, fueron abordados en la Mesa Redonda de este miércoles.

El presidente del ICAIC, Ramón Samada Suárez; Waldo Ramírez de la Ribera, director general de la Televisión Cubana; Magda González Grau, realizadora y profesora de la FAMCA, y Lourdes de los Santos, realizadora y presidenta de la Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC, abordaron el proceso de análisis colectivo que llevó al nuevo cuerpo jurídico y las implicaciones que tienen este, y el nuevo escenario que genera, para la creación audiovisual y cinematográfica en el país y para los creadores.

Los inicios de una política

Varios factores históricos han influenciado en que hoy se tomen estas medidas para favorecer la producción audiovisual en Cuba, aunque desde los años 80 existían en la Isla artistas independientes en las artes plásticas y en la literatura.

Desde el triunfo de la Revolución, el gobierno potenció la producción cinematográfica, un legado que trajo hasta nuestros días filmes como Lucía, Memorias del Subdesarrollo y Fresa y Chocolate. Con el advenimiento del Período especial, esta producción fue afectada y con ello se limitó la participación de los creadores.

No obstante, el factor fundamental fue el cambio del cine analógico al digital. A partir de ahí el cine se socializa, se democratiza y llega a muchas personas y, lo más importante, los creadores pueden producir su propio cine, sin la participación directa de las instituciones.

Según contó Ramón Samada Suárez, presidente del ICAIC, se empezó a crear, de manera espontánea y con la capacidad organizativa de los creadores, un movimiento audiovisual y de cine independiente, de donde han surgido productos de calidad: cortos, documentales y largos de ficción, incluso.

“Todo eso asentó la idea de abrigar ese movimiento, fomentarlo, legalizarlo, para que pudieran realizar su trabajo”.

Desde el 2008, en el congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba se comenzó a hablar de la necesidad de reconocer al productor independiente, y desde el 2012 el Estado cubano se encargó puntualmente del asunto.

“A partir de ahí se comenzó a trabajar, los cineastas comenzaron a trabajar y así, en tres años, se analizaron las dificultades y necesidades para incrementar la producción cinematográfica en el país”.

Un decreto para el creador y su obra

“El Decreto Ley 373 reconoce la condición laboral del creador audiovisual y cinematográfico independiente. Lo protege, apoya y, a la misma vez, lo abriga y le da muchas facilidades para poder ejercer su trabajo”, dijo en la Mesa Redonda el presidente del ICAIC al referirse a la nueva legislación.

Con esta medida, los creadores pueden abrir cuentas bancarias para trabajar; son sujetos de contrato, que pueden contratar y ser contratados por toda persona natural jurídica, estatal y no estatal, nacional o extranjera, y pueden disfrutar de todas las garantías y posibilidades que brinda la protección laboral.

Asimismo, surge el Registro del Creador Audiovisual y Cinematográfico Independiente, que oficializa la capacidad legal de los creadores -tanto los que trabajan para la televisión como aquellos que lo hacen en el cine- ante el Estado.

“A partir de la complejidad del cine, desde el punto de vista productivo, se deciden crear los colectivos de Creación Audiovisual y Cinematográfica, un paso que apunta hacia las productoras independientes, con identidad propia, sin personalidad jurídica, en tanto no exista el amparo legal que pueda crear o apoyar otra figura”, comentó Samada Suárez.

Estos colectivos pueden abrir cuentas bancarias; contratar gran cantidad de personal y ser contratados por todas las figuras que existen en nuestro país, así como participar en todas las etapas de una producción (búsqueda de financiamiento, filmación, posproducción, comercialización o distribución de sus obras). Van a tener también su propio registro para disfrutar de todas las garantías legales.

El Consejo de Ministros tomó un acuerdo para crear el Fondo de Fomento para el Cine Cubano, con ingresos principales del presupuesto del Estado. Será la primera vez que se entregue el financiamiento directamente a los artistas para realizar su obra.

Samada Suárez agregó que también se aprobó la creación de la Comisión Fílmica, un mecanismo de Gobierno formado e integrado por varios ministerios y organizaciones para crear y facilitar la creación cinematográfica y la producción nacional y extranjera en el país.

La Comisión tramitará mecanismos, comunicaciones, permisos, tarifas y otras cuestiones propias de la industria, para ayudar a que Cuba se convierta en un escenario para producciones extranjeras.

El cine es un arte, y es una industria donde no solo participan artistas. Por eso se aprueban tres figuras para el trabajo por cuenta propia: operador y arrendador de equipamiento para la producción artística (equipos de filmación, iluminación, cabezas calientes, grúas, drones, sonido…), agente selección de elenco y auxiliar de producción artística”

Un proceso colectivo

Al abordar cómo ha sido este un proceso que se ha generado desde los creadores, Magda González Grau, realizadora y profesora de la FAMCA, afirmó que “el 24 de septiembre va a ser un día muy importante para un grupo de creadores que hace casi una década comprendieron que el cine y el audiovisual necesitaban una transformación y empezaron a trabajar en eso”.

Calificó a ese proceso de ejemplar, pues implicó una participación real. “Participó todo el que quiso participar. Trabajamos en grupos pero después se iba a las asambleas de cineastas, y en ellas se enriquecían las ideas. Porque eran caminos no transitados, caminos que, con experiencias foráneas, teníamos que ubicar en las circunstancias de Cuba. Siempre establecimos que el mecanismo de consulta era imprescindible. Podíamos cocinar una idea, pero si no estaba avalada por la asamblea, no tenía valor”.

Y todo esto acontecía, agregó, en un intercambio constante, a través del ICAIC, con ministerios como el de Justicia, el de Finanzas y Precios, el de Trabajo y Seguridad Social, con representantes de la Comisión de Implementación de los Lineamientos… “Con ellos fuimos aprendiendo cómo se hacían estas regulaciones, y a la vez ellos fueron aprendiendo qué queríamos los creadores que fueran el audiovisual y el cine en Cuba”.

El nuevo marco -continuó Magda González Grau- abre posibilidades extraordinarias para los creadores, pues antes, si no estaban vinculados a una institución, les era muy difícil realizar una obra y lograr apoyo y reconocimiento, desde la producción a la exhibición. “Todo eso se está ordenando”.

“Hay quienes tienen ciertos prejuicios, quienes piensan que habrá más control por cuestiones como la de inscribirse en un registro. Sin embargo, todo son ventajas, condición y protección laboral, seguridad social”…

En cuanto al registro, explicó que el proceso no es complicado, “solo se debe llenar la solicitud y presentar una obra” que evaluarán otros creadores, y mencionó las ventajas de abrir cuentas bancarias, incluidas las que se abrirían a nombre de colectivos de creación, además del acceso y aprovechamiento de la logística que existe en el país y de la capacidad profesional que Cuba ha creado durante años, especialistas que antes no encontraban su espacio.

En la televisión

A continuación, Waldo Ramírez de la Ribera, director general de la Televisión  Cubana, afirmó que la nueva política tiene un impacto en esa institución. “Hablamos de creación cinematográfica y audiovisual, y se abre el espectro, precisamente por cuánto se ha democratizado en materia de acceso a tecnología y de transformación de los formatos por el propio impacto de la tecnología, y esto tiene mucho peso sobre todos los tipos de formatos televisivos, audiovisuales en general pero con una salida en la pantalla tradicional de la televisión”.

Este es un proceso en el que hemos participado de manera conjunta, desde la concepción hasta los análisis y los recorridos y reuniones con los creadores por provincias”. En el caso de la televisión, añadió que todos estos pasos tienen que contribuir a oxigenar los procesos de producción, y sobre todo desde una perspectiva que contribuya a oxigenar la misión que, en tanto servicio de uso público, tiene este medio.

Recordó que se trata de un solo registro tanto para creadores que trabajan en el cine como aquellos que lo hacen en la televisión. “Hay una visión única”, indicó, y añadió que el decreto “obliga a trabajar de manera más dialógica entre la institución y los creadores”.

“Hay muchos jóvenes graduados de nuestras escuelas, mucho talento y creatividad, y tecnología, y es necesario que eso pueda ponerse también en función de la institución. No solo el creador tiene mayores posibilidades de hacer su producción, sino de aportar con su talento a necesidades que tiene la propia institución”.

En ese sentido, Ramírez consideró que el nuevo escenario podría incidir favorablemente en la producción seriada, documentales, promocionales, entre otros formatos, para una televisión que necesita contenidos, y contribuir a una mejoría en el audiovisual cubano.

Un cine más diverso, y de toda la nación

Lourdes de los Santos, realizadora y presidenta de la Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC, involucrada desde el inicio en este proceso, precisó que participó un grupo muy heterogéneo. “Había productoras y realizadores independientes, productores y directores de reconocido prestigio, todos trabajando junto al ICAIC, discutiendo, debatiendo y luego llevando los temas a las asambleas de cineastas y realizadores”.

“Hay gran interés entre los creadores por la entrada en vigor de las medidas, el 24 de septiembre”, dijo, y destacó que también se abren mayores oportunidades para las realizadoras. Igualmente, subrayó que en el Fondo de Fomento los realizadores tienen la posibilidad de acceder a diferentes etapas del proceso de producción, incluidas la posproducción y la promoción, más allá del desarrollo del proyecto.

“Desde la UNEAC estamos acompañando al ICAIC y el ICRT en el proceso, incluidas las filiales provinciales de la UNEAC, en la divulgación, en las visitas realizadas a los territorios para explicar la nueva política y el nuevo marco jurídico. Ese apoyo se va a seguir dando desde la casa de los creadores, que es la UNEAC”, dijo.

En el cierre, el presidente del ICAIC señaló que las nuevas medidas significan acompañar al pueblo, a la nación cubana, a los esfuerzos del Estado y el Gobierno por echar adelante una sociedad con un alto desarrollo de los valores humanos y hacerlo desde el cine, desde el pensamiento, la discusión… Solo puede haber cine de calidad si se hace más cine.

Hay que incluir géneros que hoy no hacemos. Tenemos una tendencia a la problemática social y a la historia, que seguirán estando, pero necesitamos más audiovisual para los niños, para los adolescentes, aventuras, música, el enfoque social del drama humano; hay que incluir a los jóvenes -hay muchos jóvenes cineastas hacia quienes todavía están en construcción las relaciones con las instituciones-, y a las mujeres -el cine ha sido un poco machista desde la realización-. Es importante que se haga un cine de toda la nación, de todas las provincias, pues el cine ha sido también muy habanero.

“Hay que lograr, desde los creadores, más contenidos para la televisión. Hoy vemos muchos productos internacionales, pero hace falta más contenido cubano, más cine para las pantallas. Vamos a empezar un programa de recuperación de las salas de cine por orientación de nuestro Gobierno. Habrá dificultades, problemas, no es fácil el audiovisual, pero debemos ir adelante, construir ideas, contribuir a la herencia social, identitaria, cultural, de las ideas que forman una nación”.

Samada informó que la próxima semana se celebrará en la capital una asamblea de cineastas y creadores audiovisuales para explicar las nuevas medidas que entran en vigor el 24 de septiembre y cuestiones prácticas de su implementación.

“Esta es la felicidad del trabajo, no del triunfalismo; la felicidad de echar a andar, de trabajar, encontrando dificultades, discutiendo, avanzando desde la participación y desde la creación para un país que merece mucho más y que tiene potencial y capacidad para lograrlo”.

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